Después de todo están qué bien los muertos
dormidos en sus sitios e insensibles
a piastras y legiones y satélites
y látigos y música y hedores
y así sin más ni más contemporáneos
al mismo negro sol que los cobija.
Mueres y estás con César junto al Tíber
o con la piedra medular al hombro
que integra el corazón de la pirámide
y acaso como sobra la paciencia
te rozará intangible la remota
escafandra del joven cosmonauta.
Mientras prendes la luz Catulo sopla
su lámpara de aceite y otro activa
la máquina jamás imaginada
pues todo es uno mismo en el presente
del mismo negro sol que nos acoge
que quieras o que no, contemporáneos.
Eliseo Diego, incluido en Las ínsulas extrañas. Antología de poesía en lengua española (1950-2000) (Galaxia Gutenberg Círculo de lectores, Barcelona, 2002, selecc. de Eduardo Milán, Andrés Sánchez Robayna, Blanca Varela y José Ángel Valente).
Otros poemas de Eliseo Diego
Toca aquí para ir al Catálogo de poemas
¡Ejemplar siempre lo que escribió Eliseo Diego!
ResponderEliminarParece un buen poeta si. Solamente he leído suyo lo que aparece en esta antología.
Eliminar