Una madre abraza contra su pecho a la hija muerta,
una imagen de la guerra. Pero este hijo desertó del frente
enemigo para ver a su madre muerta, la encontró ausente,
destrozada, el alma partida de intervención humanitaria:
también ella era humana antes de morir,
como lo es ahora, rota ya sin remedio
El hijo abraza cada pedazo de madre queriendo
abarcarla entera (qué extraño nunca publican fotos
de hijos abrazando madres muertas, las madres también
mueren en las guerras, -qué triste que muera una madre
por motivos humanitarios- piensa el hijo, pero no llora
y los pantanos de su llanto se abrieron hacia dentro;
-qué triste que muera una madre por motivos
humanitarios- piensan otros hijos, tampoco lloran)
Francisco Cenamor en Amando nubes (Talasa Ediciones, Madrid, 1999).
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Un poema que está de actualidad permanente, mi querido Fran, porque las guerras siempre están presentes, no solo esta en Ucrania, antes de ella hubo tantas, y en época recientes, y después seguirá habiendo tantas... Y es cierto que las imágenes que nos transmiten los medios son de madres llorando a moco tendido abrazadas a los cadáveres de sus hijos, pero nunca se muestra las de los hijos abrazando a sus madres muertas —también a causa de la guerra— ni mucho menos soltando una sola lágrima. Qué gran poema este tuyo que ha nacido de la observación y la reflexión que deben ser inspiración primordial de todo poeta que se precie. Mis más sinceras felicitaciones, Maestro.
ResponderEliminarGracias, un fuerte abrazo.
EliminarUn poema muy a tono con un mundo en guerra.
ResponderEliminarOtra gran invitado a tu blog.
Saludo.
Si, por desgracia poemas como este no pasan.
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