Con alto orgullo ella entró en la sala.
YO, dijo su empaque.
YO, sus ojos dijeron.
YO, dijo su displicente inclinación exacta.
Se sentó en una silla de espaldar,
tiesa.
Sus lentes salpicaron el vivo fulgor frío
de un prisma herido, de infinitas puntas.
YO, dijeron sus lentes, ansiando relucir con su luz límite.
Habló
contra el silencio que creaba su presencia,
con un son de chinillos sobre quebrado yelo.
YO, dijeron sus jestos colocados.
Entonces,
dijo su voz: YO.
Parmenia Miguel, versión de Juan Ramón Jiménez, incluido en Música de otros. Traducciones y paráfrasis (Editorial Galaxia Gutenberg-Círculo de lectores, Barcelona, 2006).
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