Muy de noche ya, poco a poco
empezaré a coger sombras:
de los árboles queridos, de las personas,
de nubes y pájaros
y despidiéndome, al fin
levantaré también la mía, tímida,
del seco, desmoronado
muro de la capital,
de la humeante
autopista orillas
del mar, del norteño
lago azul, de la nieve
en el ventisquero del Ártico,
y las llevaré todas, antes de dormir,
por el prado brumoso
a mi Samogitia natal,
a la madre
foresta de forestas,
a casa,
junto a los míos.
Henrikas Nagys, incluido en Herederos del kaos (30 de mayo de 2021, San Francisco/Barcelona, versión de Biruté Ciplijauskaité).
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¡Muy bello por evocador!
ResponderEliminarSi. la evocación, una de las características de la poesía que creo que se está perdiendo.
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