¿¡Y qué mujer!? Para
llevarla de la mano…
¿¡Y qué ojos!? Llenos de rayos de fuego…
Mujer gitana, comparable a las estrellas…
La miraron… y alabaron su estirpe…
cuando pasea delante de los marineros,
si le dicen… les increpa a la par…
¿¡Y qué ojos!? Llenos de rayos de fuego…
Mujer gitana, comparable a las estrellas…
La miraron… y alabaron su estirpe…
cuando pasea delante de los marineros,
si le dicen… les increpa a la par…
Con las manos abiertas, a un
marinero le suelta:
-¡Bésame, aunque solo sea una vez,
Suliko!
Esta pequeña, gran maestra del amor,
¿Crees que se
entristece y se llena los ojos con lágrimas?
La mujer gitana,
alegre y descalza
sigue paseando silbando por el puerto.
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