Tengo el magnetismo del campo estampado en la remera.
Aro cuando taconeo la hoja que va rumiando
La Femme Natura Fatale.
Son chistosas nutrias pulso y palabra
que se zambullen presurosas ante la amenaza del olvido y
arrastran tierra hacia adentro de la letra.
Sobona en los garrones se me engancha algún verso
a veces se posa cabizbajo como un tordo,
tordo verso reflexivo.
Pieza del puzle de la noche bohemia
o águila posada en el ombú existencialista.
Soy de madera
acacia
de pasto-gramilla.
Tengo las manos ásperas con aroma a eucaliptus
pero a veces madre selva.
La mujer bicho.
Negada de elegancia
con desolación de tapera y robustez de monte.
Para mí no se hizo la esbeltez o el histrionismo,
sí un objetivo y un intento.
Hay un manto de pradera que recubre una pieza
esa que solo muestro cuando asoman los dientes
cuando burla la ciudad:
valor.
Regina Ramos, incluido en Liberoamericanas. 140 poetas contemporáneas (Liberoamérica, España, 2018).
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Me encantó la fuerza de este poema. No conocía tu blog, me quedo de seguidora y te invito a que te pases por el mío si te apetece.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz día.
Hola, pues si te gusta la poesía a quí vas a encontrar muchísima a nada que investigues un poco. Echaré un ojo a tu blog. Un saludo.
EliminarPlacer loco vi tuve miras noches dondequiera alma persigues en la encajado en mi puertas con el vista vida tengo
ResponderEliminarBella aportación.
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