El cielo es de amaranto y de un matiz de agua los árboles.
Los baches toman siempre un ligero matiz de sementera.
En la grama, la lluvia
cuando ha de descender, se quiebra mansa.
Las luces del poblado fingen a la distancia embarcaciones.
La tierra despierta todos los días por la tarde.
El eco de un dolor que es más que un grito,
tasca, y deja al segundo sin un vado.
La tierra despierta todos los días por la tarde.
Domingo Moreno Jiménes, incluido en Antología de la poesía latinoamericana de vanguardia (1916-1935) (Ediciones Hiperión, Madrid, 2003, ed. de Mihai G. Grünfeld).
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