Son ídolos sin nombres,
el Dios de los enigmas las ha encadenado —
así es el penumbroso sino de las estatuas.
¿Quién podrá averiguar
cuándo habrán de caer estas piedras eternas?
Nadie puede ayudar a las almas de piedra.
Y sobre ellas está corriendo el viento...
Ya no observa sus sueños de granito.
Por eso está tan triste nuevamente,
y comienza a agitar el alma de los vientos,
pero nadie es capaz de decir nada.
Ha pasado la época del mal.
El miedo no podrá abatir estas piedras.
El ídolo de piedra habrá de susurrar:
“Todo transcurrirá, gracias a Dios”.
Zhanat Askerbekkyzy, incluido en Antología de la poesía kazaja contemporánea (Siglos XIX, XX y XXI) (Ediciones Vitruvio, Madrid, 2017, selec. y trad. de Justo Jorge Padrón).
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