único
hilo, ése
hilas tú - por él
rehilado, hacia
lo libre, allá,
hacia lo religado.
Grandes
se alzan los husos
en el erial, los árboles: hay
una luz desde abajo
entramada en el césped
de aire sobre el que tú pones la mesa, para
las sillas
vacías y su
brillo
de shabat en su - -
su honor.
Paul Celan en La rosa de nadie (1963), incluido en Obras completas (Editorial Trotta, Madrid, 2002, trad. de José Luis Reina Palazón).
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