un pájaro escondido pretendiendo ser un hombre,
hizo un nido debajo de mi piel con mis huesos marchitos
y se apoderó de la casa que heredé de mis padres
pero dejó la puerta abierta
el aire transportó mis 206 huesos hacia la cafetería del centro
ellos tendrán que convertirse en bailarinas (se dieron cuenta de que todavía había suficiente espacio en el último renglón de la lista de deseos)
pero la audición había terminado, después de haber estornudado una vez más,
él recordó que aún quedaba algo,
él ni siquiera quería saber qué
así que empujó mis huesos hacia el lugar donde se envolvían las frutas y las verduras
sin siquiera ser contadas
me pregunto si todos ellos podrían haber encajado dentro de ese documental,
incluso estando apretujados,
mi estado humano, ¿habría perdido riqueza?
huesos,
me gustaría pintar una mancha negra en su lugar,
pero han crecido demasiado
y no uso guantes los sábados por la noche.
Daniela Toma, incluido en Liberoamérica (21 de abril de 2019, selec. y trad. de Mariela Cordero).
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Todo el poema es una gran metáfora. Lindo poema.
ResponderEliminarMe alegro de que te guste.
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