Los hombres —parece ser— marchan por las montañas.
Entre la vida y la muerte, ellas cubren el cielo azul.
El resultado: la libertad —como un viento ligero— provocará la controversia sobre lo que
verdaderamente sucedió.
El aire que se respira se parecerá a la electricidad y podrá sentirse en cualquier momento.
Hoy ya has dejado atrás los lugares que acogieron tus días difíciles, pero los cinco colores del
mar se pueden considerar todavía una basura.
El corazón asustado presiente que solo posee la podredumbre y la muerte de la ciudad.
Tú cuentas las veces que dejará atrás los tiempos oscuros y el nuevo día amanecerá radiante.
El Cosmos entero parece extenderse como la ceniza.
No puedes pararte, es por eso que tampoco llegas a sentirlo con las manos
A eso se le llama predicar en el desierto,
Eso es como pelearse con uno mismo.
1946
Xin Di, incluido en El cielo a mis pies. Antología de la poesía china moderna 1918-1949 (Ediciones Hiperión, Madrid, 2013, selec. y traduc. de Blas Piñero Martínez).
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