parece haber envejecido mucho.
Dime, ¿por qué resurges como jota de picas
con los ojos tan fuera de las órbitas?
Oh, Dios mío, ¡qué fría es su mirada!
Ya mira por encima de los hombres
como un palo de guardia mostrándonos la senda
para supervisar sus actitudes con estricto bigote.
Oh, querida cuñada, ¿aún recuerdas a nuestro noble tío?
Respetábamos ambos el familiar entorno.
Maldita sea la sangrienta guerra.
Pobre cuñada mía, ¿quién habrá trastornado tu sosiego apacible?
¿En dónde está tu risa tan resuelta?
¿Por qué tienes la cara muy ceñuda?
Eras rebelde, nadie te atraparía con un lazo.
¿Quién hizo que cambiaras tu adicta rebeldía?
Precipitadamente, sometida te has visto.
Recibiste dolor en lugar de alborozo.
Eras una mujer que tenía buen gusto.
¿Cómo te has enganchado a esos negros bigotes?
Orgullosa de ti estaba la familia,
poniéndote las botas en los pies.
Ignorabas a muchos otros hombres,
pisoteaste a muchos...
Ya te has envejecido, pobre cuñada mía.
No solías ceder apenas al dolor.
¿De dónde te ha llegado?
¿O acaso echas de menos, mi querida,
aquella juventud que murió entre la guerra?
Mukaghali Makatayev, incluido en Antología de la poesía kazaja contemporánea (Siglos XIX, XX y XXI) (Ediciones Vitruvio, Madrid, 2017, selec. y trad. de Justo Jorge Padrón).
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