Ángela Figuera Aymerich
he extraviado
la línea he maldecido:
“por fin se ha disuelto
la gravedad
en lechos líquidos”
junto a las aves
como un fantasma viudo
con las venas vacías
a través del aire rojo de la tarde
persigo espacios más blandos:
páramos sin dueño
paisajes que volveré a bautizar
y haré míos
no buscaré el perdón
la casa las raíces
tu nombre en este viaje
que tantas noches he invocado en silencio:
en silencio degustaré la falta
degustaré el trance lisérgico
del exilio
nombraré al hombre común
tubérculo o cerezo en llamas
(el hombre común
siempre obligado a pensarse
en relación a un centro)
(como si fuera necesaria la tierra
como si fuera necesario
ancorar alguna vez
en algún suelo
para la vida)
en la retina crecerá
cada vez más inapelable
una imagen transparente:
el frío
y la soledad:
unos lobos sueltos por una plaza.
Gala Hernández, incluido en El vuelo del flamenco (nº 1, junio de 2017, Asociación de Vecinos de Santa Lucía, Cartagena).
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