respuestas, cómo sostiene una de ellas mientras lanza la otra tratando
de que suceda cada vez
el robo en el aire y cada vez
no sucede. Respuestas quietas sobre el escenario,
amenazantes, que nuestro mirar de mosca
multiplica
Queda una bola, la última esa
que vemos venir suspendida en el aire,
la que caerá sobre ti y está en tu mano ahora
que todos aplauden
y tú no puedes
lo sabía
porque estás llorando
y ahora qué
lloro de rabia y de niñez, de siglo, un lloro secular
mientras todos aplauden crueles crueles mi mano
mi mano no es un
El siglo que llega encuentra a la malabarista olvidando
el fracaso de su búsqueda. A ti escondida, inmóvil
con un nido en la mano
Eva Chinchilla, incluido en Nayagua. Revista de poesía (nº 22, julio de 2015, Fundación Centro de Poesía José Hierro, Getafe).
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