lunes, 3 de octubre de 2016

Poema del día: "Entre el mundo y yo", de Richard Nathaniel Wright (Estados Unidos, 1908-1960)

Y una mañana cuando estaba en el bosque me encontré de pronto ante la cosa,
Me la encontré en un claro verde guardado por álamos y robles escamosos.
Y los mugrientos detalles de la escena se elevaron, colocándose entre el mundo y yo.
Había un diseño de huesos blancos durmiendo olvidados sobre una almohada de cenizas.
Y el muñón carbonizado de un árbol apuntando en forma acusadora su lento dedo franco al cielo.
Había rotas extremidades de árboles, pequeñas venas de hojas quemadas y un rollo chamuscado
          de cáñamos grasientos:
Un zapato vacante, una corbata vacía, una camisa rasgada, un solitario sombrero y un par de
          pantalones llenos de sangre negra
Y sobre el pasto pisoteado había botones, fósforos muertos, puchos de cigarros y cigarrillos,
          cáscaras de maní, un seco frasco de gin y el lápiz labial de una prostituta;
Trazos diseminados de alquitrán, un incansable adorno de plumas y el prolongado aroma de la
          gasolina.
Y a través del aire de la mañana el sol vertía una sorpresa amarilla en las cuencas de los ojos de un
          cráneo de piedra . . .
Y mientras yo estaba allí, una fría piedad congeló mi mente por la vida que había terminado.
El suelo agarró mis pies y mi corazón fue rodeado por heladas paredes de miedo.
El sol murió en el cielo; un viento de noche murmuró en el pasto y manoseó a las hojas en los
          árboles; el bosque se vació en gruñidos de jauría; la oscuridad gritó con voces sedientas y los
          testigos se levantaron y vivieron.
Los secos huesos se agitaron, sonaron, se elevaron fundiéndose con mis huesos.
Las grises cenizas formaron carne firme y negra, penetrando en mi carne.
El frasco de gin pasó de boca en boca; los cigarros y los cigarrillos se encendieron, la prostituta
          manchó de rojo sus labios,
Y mil rostros se arremolinaron a mi alrededor, clamando por el incendio de mi vida...
Y entonces me tuvieron, me desnudaron, batiendo mis dientes en la garganta hasta que tragué mi
          propia sangre.
Ahogaron mi voz en el tumulto de sus voces y mi cuerpo mojado y negro resbalaba y rodaba en sus
          manos mientras me ataban a un tronco.
Y mi piel se adhería al caliente alquitrán burbujeante, cayendo de mí sobre los blandos terrenos.
Y los plumones y las púas de las blancas plumas penetraron en mi carne cruda y yo gemí en mi
          agonía.
Entonces enfriaron piadosamente mi sangre, enfriada con un bautismo de gasolina
Y en una llamarada de rojo me elevé al cielo como el dolor se levanta como agua, mis extremidades
          hirviendo.
Jadeando, implorando, me agarré como un niño a los calientes costados de la muerte.
Ahora yo soy huesos secos y mi rostro un cráneo de piedra mirando al sol en sorpresa amarilla.

Richard Nathaniel Wright, incluido en Nueva poesía USA. de Ezra Pound a Bob Dylan (Ediciones de la flor, Buenos Aires, 1970, selec. y trad. de Marcelo Covián).

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