Tal cual la Eternidad lo transforma en Sí mismo,
el poeta provoca con acero desnudo
a su siglo espantado de no haber conocido
que la muerte triunfaba en su voz tan extraña.
Con un vil sobresalto de hidra oyeron al ángel
dar más puro sentido al verbo de la tribu
proclamando muy alto bebido al sortilegio
en la onda sin honor de algún negro brebaje.
Si al cielo y a las nubes hostiles ¡oh amargura!
nuestra mente no esculpe duro bajorrelieve
donde se orne de Poe la tumba deslumbrante,
calmo bloque caído de algún desastre oscuro,
que siempre este granito interrumpa los negros
vuelos que la Blasfemia esparza en lo futuro.
Stéphane Mallarmé, incluido en Poemas esenciales del simbolismo (Ediciones Octaedro, Barcelona, 2002, selección y traducción de Pedro Provencio).
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Un gran poema a Poe, una gran figura a la que yo también le he escrito varios poemas, pues sus relatos son siempre una puerta abierta a la inspiración...
ResponderEliminarUn abrazo amigo.
El imaginario de Poe influyó mucho en los poetas de su época y posteriores. Me alegro de que te guste. Un abrazo.
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