Llega a paso de lobo, como un cómplice; el cielo
Se cierra lentamente tal una inmensa alcoba
Tornando en alimaña al hombre sin sosiego.
Oh noche, noche amable, deseada por aquellos
Cuyos brazos, sin trampa, pueden decir: ¡El día
Ha sido laborioso! —La noche es quien alivia
Las almas consumidas por el dolor sin tregua:
Al obstinado sabio cuya frente se nubla
Y al obrero agotado que a su lecho retorna.
Los malsanos demonios, mientras, en esa atmósfera
Se desperezan torpes, como hombres de negocios,
Golpeando en su vuelo aleros y postigos
A través de las luces que bambolea el viento.
De pronto, en las aceras, se abre el amor venal,
Y alzando sus compuertas tal inmenso hormiguero,
Sin esfuerzo se labra un oculto camino
Igual al enemigo que prepara un asalto;
Retuércese en el seno de la ciudad de fango
Cual larva que robara al hombre su alimento.
Se oyen aquí y allá silbar a las cocinas,
Los gritos del teatro, acordes orquestales,
Los verdosos tapetes donde el juego gobierna
Se pueblan de rameras y estafadores cómplices
Y los cacos, que no saben de días feriados,
También ellos, comienzan su nocturno trabajo
Forzando suavemente las puertas y las cajas
Y viven cierto tiempo y visten a sus bellas.
Recógete, alma mía, en tan grave momento
Y permanece sorda a ese inmenso tumulto.
Es la hora en que todos los enfermos se agravan.
La Noche los aferra por la garganta; acaban
Su destino y se hunden en el común abismo;
El hospital se llena de suspiros. Más de uno
No irá a buscar jamás la suculenta sopa
Junto al fuego, a la noche, cerca del ser querido.
Más aún, la mayoría no ha conocido nunca
El calor del hogar ni han vivido siquiera.
Charles Baudelaire en Las flores del mal (Alianza Editorial, Madrid, 1984, versión de Antonio Martínez Sarrión).
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CLARAMENTE DESCRIBE UNA MAYORÍA QUE HA SIDO EXPULSADA DEL PARAÍSO MÁS AUTÉNTICO QUE RESIDE EN VIVIR CON AMOR Y RESPETO A LOS DEMÁS.
ResponderEliminarPara ti es claramente si, pero una de las virtudes de la poesía es que pertenece a quien la lee y a cada lector o lectora le transmite una cosa.
EliminarEn el silencio de la noche, hay cientos de voces.. nunca es igual para todos.
ResponderEliminarDeseada para muchos, saca lo peor del nombre, el dolor de agudiza, las mujeres, ladrones, estafadores... la viven y otros, desconocen el calor del hogar. El silencio de la noche está lleno de voces.
Magnífico poema.
Gracias por compartir la noche vista a través de los ojos de Baudelaire, no muy diferente a la que se vive en este siglo.
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ResponderEliminarNo, el ser humano no cambia tanto.
EliminarBuenisimo poema. Evocador de cualquier ciudad en los albores del siglo XX. Paris, Buenos Aires, N.Y., Lima, cada una con sus indiosincracias. Le dare una mirada al frances a ver si lo capto en algo.
ResponderEliminarYo creo que esta traducción es buena.
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