«A batallas de amor campo de pluma.»
¡Dulzura y suavidad, siempre dulzura!
Calma un poco, querida mía, tus arrebatos.
A veces y aún en pleno goce, la amante
Debe sentir el abandono apacible de una hermana.
Sé lánguida, prodiga tus adormecedoras caricias,
Que haya equilibrio entre suspiros y mirada suave.
El abrazo ansioso y el espasmo obsesivo
No valen un beso profundo aunque engañoso.
Tú, querida mía, con tu hermoso corazón de oro,
Proclamas que la pasión es lo más enardecido.
¡Deja que esa loca pregone cuanto quiera!
¡Apoya tu frente en la mía y tu mano en mi mano,
Prométeme juramentos que mañana mismo olvidarás,
Y juntos, oh adorada fogosa, lloremos hasta el alba!
Paul Verlaine en Poemas saturnianos (1886), incluido en Poesía (Visor Libros, Madrid, 1984, ed. y trad. de Jacinto Luis Guereña).
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Hoy como el resto de los días me leo tu poema. Hoy te doy las gracias por ellos.
ResponderEliminarUn saludo
Marian
Gracias a ti por disfrutar de la poesía. Un abrazo.
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