Eugéne Ionesco la empujó en una mañana para recordar uno
de sus días de vida y acariciar la sensibilidad de sus miembros,
el espejo le dijo: soy una niña, pero ella pensó y llegó a creer que
iba a caer en el juego, y la convenzo de que la oscuridad de la semilla
necesita una máscara, y antes de que fuera realidad, hemos descubierto
que la víbora tragó la máscara.
Así -insiste- la semilla es una de las nietas traidoras del sueño, así como la
superficie del sueño es tan lisa que es difícil encontrar ahí una jaula o una
máscara, peor aún, que pierdes la capacidad de distinguir las bromas de
Ionesco, porque sería muy cortés y suficientemente sobrio para que le insultes
escalando la valla y luego tiras las máscaras y la valla al mar, asegurándote de
que la semilla es una víctima traidora del sueño.
Muhamad Turki al-Nasar, incluido en Otros mesopotámicos raros. Antología de la última poesía iraquí (Cosmopoética, Juan de Mairena Editores, Córdoba, 2009, ed. y trad. de Abdul Hadi Sadoun, colabora en la trad. Ahmed Yamani).
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