De donde vive el amigo viene
un vientecillo que es manso y leve.
1
Lánguidos soplos mi ser penetran,
resucitando las ansias viejas.
Tráenme saludos del que atormenta
mi alma extenuada con sus desdenes.
¡Maldita ausencia, Dios te condene!
2
En ley de amores, ¿cuál fue mi crimen
desde que solo dejóme y triste?
Nadie en mi afecto podrá suplirle.
¿Y hacer qué puedo? No quiere verme.
¿Me queda astucia de que valerme?
3
Tórnate, brisa, vete a su lado,
y al mismo sitio en que está el amado
lleva un saludo desesperado.
Pon en sus manos un beso leve
por mí, y sé humilde como conviene.
4
Negros cual noche, ricillos crespos
dibujan curvas de un nun esbelto,
de un áspid, o de un mazo de juego,
por sobre un folio de rosa y nieve
cuyo sagrado sables defienden.
5
Una muchacha, que de amor presa
sufre desdenes y sufre ausencia,
así llorando cantó su pena:
Viene la Pascua, ay, aún sin él,
lacerando mi corazón por él.
Abu Bakr Yahgà ibn Báqi de Córdoba, incluido en Poesía de Al-Andalus (Asociación Andaluza de Profesores de Español Elio Antonio de Nebrija, Sevilla, 1999, varios trad.).
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