Había que pintar el primer libro pero cuál pintar
cuál primer tomar todos los ocres también
el amarillo oscuro de la tierra
capas unas sobre otras: arcilla terracota ocre
arañar un poco lamer los dedos para formar
esa pasta ligosa
untar los dedos los brazos ya estás abierto
páginas blancas abiertas no hay recorrido previo
tratar de hendir los dedos
- Por qué tan tristes por qué así estos colores,
dicen, preguntan los choroyes de alas verdes
que pasan en bandadas
- Por qué esa oscuridad, gritan
- Hay un negro que sombrea que nos cubre
Se alejan pero no alcanzan a ver el rojo que descubro
Debajo de mi axila.
- No hay claridad, no hay claridad, graznan
- Ha caído la nube gris sobre mi vuelo: eran granizos
era hielo el que quebró mis alas
Y ahí en las alambradas, suspendido su vuelo
se dan a murmurar
todo tranquilo inmóvil apacible
Soledad Fariña, incluido en Heterogénea. Revista internacional de creación y pensamiento poéticos (4ª época, nº I, junio de 2011, Zaragoza).
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