miércoles, 10 de noviembre de 2010

Entrevistas Editoriales: Valentín Pérez Venzalá, editor de Minobitia





¿Desde cuando estáis editando y qué os motivó a comenzar?
Luz. Light. Licht, de Luis Pablo Núñez que acabamos de editar, es nuestro primer título con el sello Minobitia, pero en realidad llevamos editando desde 2005 con nuestro anterior sello, Minotauro Digital, que hemos reconvertido precisamente en Minobitia porque el concepto editorial es diferente, no tanto en el tipo de libros que editamos, sino en cómo pueden acceder a ellos los lectores, ya que nuestra intención es ofrecer más posibilidades de lectura, por eso nuestros libros están disponibles en papel (en librerías o pidiéndolo en nuestra web) de la forma tradicional, pero también en formato e-book para descargar desde nuestra web; y quizá lo más novedoso, pero que ya es una tendencia clara en el sector, es que también puedan leerse directamente en Internet a través de cualquier dispositivo con acceso a la red. En principio esta posibilidad no está ahora plenamente activa, pero lo estará en breve cuando lancemos el resto de títulos que estamos preparando, y de momento puede leerse on-line y gratuitamente, la primera parte de Luz. Light. Licht. Pronto ofreceremos la opción de suscribirse a Minobitia para tener acceso completo a todos nuestros libros directamente en la web, que estamos preparando y que sustituirá a la que tenemos actualmente y que nos sirve para presentarnos y presentar este primer libro.

   En cierta medida esta experiencia de "lectura en red" la empezamos a practicar cuando el año pasado lanzamos con nuestro anterior sello El libro de Angelina, que nos atrevimos a publicar también gratuitamente por entregas a través de Facebook, en una experiencia pionera de lectura colectiva por entregas en un medio de comunicación actual, y que ha sido una experiencia muy satisfactoria pues no sólo hemos podido ver cómo los lectores reaccionan ante cada capítulo del libro, y no sólo ante el libro completo, sino que se ha podido comentar cada capítulo entre los propios lectores, el autor, el editor, imaginar entre todos cómo continuaría la historia, compartir impresiones sobre personajes, etc.. Esa experiencia creo que ha sido determinante a la hora de atrevernos a lanzar esta propuesta en la que queremos que la lectura en red de los libros sea fundamental y que será una práctica habitual para muchos libros en un futuro no muy lejano.

   En cuanto a qué nos movió a editar, creo que fue precisamente la necesidad de querer compartir aquellos textos que creíamos importantes y que creíamos que podían ser interesantes también para otros lectores, por pocos que pudieran ser. Fue también una prolongación natural de nuestra labor como editores de una revista digital en la que llevábamos años publicando tanto creación como ensayos, pero también libros electrónicos, cuando no había ni mucho menos el interés que hay ahora por los libros electrónicos, allá a principios de siglo, permitiendo descargarlos gratuitamente o por un precio simbólico.

¿Qué géneros publicáis normalmente?
De momento nuestro primer título es un libro de poesía, género al que nos sentimos especialmente ligados, pero igual que en nuestro anterior sello, nuestra idea es publicar también narrativa y ensayo, manteniendo igualmente estas tres colecciones.

¿Qué criterios tenéis a la hora de seleccionar los libros que publicáis?
Pues el más sencillo y a la vez, creo, que más honesto, el criterio de que el libro nos guste y creamos (o queramos creer) que le puede gustar a alguien más.

¿Admitís originales?, ¿cuál es el canal para ponerse en contacto con vosotros?
Claro. Estamos encantados de recibir propuestas, preferentemente por correo electrónico. La forma de hacerlo es remitir un resumen de la obra, una pequeña nota sobre el autor, y si es posible un primer capítulo o muestra del texto. Preferimos no recibir textos completos en un primer contacto, así si creemos que el texto puede ser interesante y cuadrar dentro de nuestra línea editorial, solicitamos al autor el texto completo a la vez que le comunicamos también la forma en que trabajamos.

¿Cuáles son los principales problemas que encontráis a la hora de desarrollar vuestra labor editorial?
Creo que un problema fundamental en el sector editorial al que nosotros no somos ajenos es la distribución, que es nuestro talón de Aquiles. Como me comentaba hace años un editor con muchos años de experiencia, cuando alguien anuncia a otros miembros del mundo editorial que va a iniciar una nueva aventura editorial, la primera pregunta que se le hace no es sobre autores o sobre géneros o cualquier otra cuestión que nos puede parece fundamental, sino "¿quién te va a distribuir?", porque efectivamente la clave del éxito de una editorial es mucha veces, desgraciadamente, una buena distribución. Como minúsculos editores no podemos acceder a una distribución como la que tienen otras editoriales que copan librerías y escaparates, por eso precisamente nuestros libros son libros que los lectores conocen más por el boca a boca, por las redes sociales, por Internet, etc., y que van a buscar a una librería o a pedir en nuestra web, porque no siempre podemos esperar que alguien entre en una librería y encuentre nuestros libros en la mesa de novedades.... Afortunadamente cada día más, Internet se está convirtiendo en el mayor escaparate editorial y ahí sí que podemos competir por conseguir el interés del lector (casi) en igualdad de condiciones.

¿Y cuáles son las satisfacciones que recibís?
Bueno, la primera satisfacción es ver el trabajo plasmado en una realidad tangible como es un libro en papel o en formato electrónico y que el placer que nos produce a nosotros y esa satisfacción podamos compartirla con el autor que también esté contento con ese resultado, y por supuesto que ese libro llegue a lectores que disfruten con él y nos puedan llegar buenas valoraciones.

Una breve valoración del mundo editorial actual…
De la situación del sector editorial se pueden hacer varias lecturas; hay quienes consideran que está herido de muerte y se empeñan en matarlo o en resucitarlo, y hay quienes piensan que todo va fenomenal. Por supuesto yo creo que ni lo uno ni lo otro, el sector editorial tiene graves problemas pero también es un sector maduro que tiene los engranajes bien engrasados, aunque a veces quieran moverse demasiado lentos por miedo o por inercia apegada a la seguridad. En cualquier caso, aunque es algo que se repite mucho, no por eso es menos cierto, estamos viviendo una época en la que nacen muchas pequeñas editoriales con muy buena calidad que están sacando títulos muy interesantes y cubriendo los muchos huecos que los grandes grupos (a veces, intencionadamente) dejan. Esta proliferación de nuevas editoriales recuerda a los mejores tiempos de la edición española por lo que creo que en ese sentido se está viviendo un muy buen momento. Otra cosa es que vivimos tiempos de cambios y hay un clamor porque las editoriales se adapten a ellos, no sólo con el tema del libro electrónico, sino también con el uso de la comunicación a través de redes sociales, etc, pero lo cierto es que empiezan a hacerlo y algunas muy bien, con lo que creo que por ese camino tampoco vamos del todo mal; el sector editorial no es precisamente de los más reacios a la tecnología y hacer uso de ella y la prueba es que también están proliferando muchos proyectos interesantes que aúnan tecnología y mundo del libro.

   Soy por tanto optimista y confío en que tenemos un sector editorial que va a seguir haciendo buenos libros (en papel, en e-book o en lo que sea) durante muchos años, aunque por desgracia junto a buenos libros habrá siempre muy malos libros algunos de los cuales son un velo que cubre para muchos lectores otros libros a los que no puede llegar porque, por desgracia, los más de 70.000 títulos que se editan al año son muchos títulos y no hay mercado que pueda digerirlos adecuadamente. Quizá habría que reducir drásticamente el numero de títulos, porque las editoriales juegan a apostar por si alguno sale bestseller y si no, retirarlo rápidamente para dejar sitio al siguiente, en una práctica editorial muy perjudicial para todos, y el primero el lector, pero también para las editoriales que no entran en ese juego pero tienen que moverse en la misma dinámica de velocidad que exige ese sistema. Claro que en este juego también tienen mucho que decir los libreros, que a menudo son los primeros en quejarse del sistema de suscripción de novedades (esas cajas de libros que les llegan sin haberlas pedido y que a menudo no les da tiempo a abrir, antes de que tengan que retirarlas porque llega la siguiente novedad) , pero que no son capaces de romper esa dinámica, salvo algunos que directamente prefieren optar por seleccionar buenos libros para sus clientes sin las prisas ni las presiones de las grandes (y no tan grandes) editoriales y que creo que es el modelo a seguir por aquellas librerías que realmente quieran ofrecer valor a sus clientes en un mundo futuro en el que las librerías que son clones unas de otras están condenadas a ir desapareciendo en favor de grandes almacenes del libro.

Alguna cosa más que quieras añadir…
Darte las gracias por tu interés en este proyecto y por querer compartirlo.

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