lunes, 18 de octubre de 2010

Poema del día: "Etcétera", de Ángela Figuera Aymerich (España, 1902-1994)

El padre trabajaba en la mina.
La madre trabajaba por las casas.
El chico andaba por la calle
aprendiendo buena conducta.

Al filo de la noche los tres juntos
alrededor del jarro y de la sopa.
El padre en su legítimo derecho,
tomaba para sí la mejor parte.
La madre daba al chico de lo suyo.
El chico lo sorbía y terminaba
pidiendo chocolate o mandarinas.
El padre le pegaba cuatro gritos
(siempre bebía al fin más de la cuenta)
y luego echaba pestes del gobierno
y luego se acostaba con las botas.

El chico se dormía sobre el codo.
La madre lo acostaba a pescozones
y luego abría el grifo y renegaba,
qué vida, Dios, fregando los cacharros,
y luego echaba pestes del marido
y luego le lavaba la camisa
y luego se acostaba como es justo.

Muy de mañana al día siguiente
el padre bajaba a los pozos,
la madre subía a las casas,
el chico salía a la calle.
Etcétera, etcétera, etcétera.

(No sé por qué empecé a contarlo.
Es una historia fastidiosa
y todos saben cómo acaba.)

Ángela Figuera Aymerich en Belleza cruel (1953), incluido en Obras completas (Ediciones Hiperión, Madrid, 1986).

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3 comentarios:

  1. Un poema que por desgracia refleja las costumbres de parte de la sociedad en la que vivimos.
    Me gustaria que hubieras puesto tu el final
    Saludos de;Juan

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  2. Para eso es también la poesía, para que el lector o lectora intervenga en ella.

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  3. Podrían acerme un breve comentario sobre la figuras retòricas?? esqe me cuestan bastante i tengo un trabajo

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