Al leer la interesante novela policíaca Cuando el rojo es negro (Editorial Almuzara, Córdoba, 2009, trad. de María Fernández Gutiérrez), del escritor chino Qiu Xiaolong me entró la duda de si no sería una grave pérdida de diversidad el que mucha de la literatura actual de éxito sea de género negro, incluso en China, un país con una impresionante tradición literaria propia. Sigo en la duda.
Pero salvando la misma, estamos ante una interesante novela, a la vez que sencilla, con una narración entretenida y alejada de fuegos de artificio más occidentales en este tipo de novelas. El caso se resuelve de manera casi natural gracias a las diferentes líneas de investigación y al tesón del detective de policía Yu, curiosamente, un secundario en su unidad de policía, pero protagonista de la novela.
La trama comienza cuando una escritora poco adicta al régimen comunista chino, y con cierto éxito en Occidente, aparece muerta en su pequeña habitación de un populoso barrio de Shanghai. Los distintos sospechosos y los posibles móviles para el crimen nos van mostrando, a la vez que la resolución del crimen, las tristes formas de vida en que han ido a caer en China quienes dirigieron y/o sufrieron la Revolución Cultural alentada por Mao Zedong en la china de los años sesenta. Los que la impulsaron, porque sus delirios socialistas ya no tienen ningún sentido en el actual capitalismo chino, y los que la padecieron porque se convirtieron en sospechosos de ser burgueses y agentes de Occidente y son actualmente la prueba viva de los excesos que el actual Estado chino quiere olvidar.
El juego de colores del título hace referencia a las dos facciones en las que Mao Zedong dividió China durante la Revolución Cultural: el rojo del partido y sus fieles, y el negro de los burgueses, la escusa perfecta para quitarse de en medio cualquier oposición y, de paso, quitar sus posesiones a quienes aún las mantenían. En la actualidad, el rojo, los comunistas, encabezan el negro de un capitalismo salvaje sin democracia.
Al más puro estilo de la primera novela negra estadounidense, en la que cada caso se convertía en una denuncia del poder y sus implicaciones para los ciudadanos de a pie, Cuando el rojo es negro nos muestra una sociedad china partida entre el deseo de ser una nación moderna y la férrea disciplina impuesta por las autoridades comunistas.
Es una novela con mucha información sobre la China actual y la influencia de su pasado reciente, y también, curiosamente, sobre la gastronomía popular y de élite chinas y sobre la arquitectura de Shanghai, gracias al comisario Chen, jefe del inspector Yu y policía más cercano a la visión occidental de la novela negra, a la vez que protagonista habitual de las novelas de Xiaolong. Por cierto, el comisario Chen, en la ficción, además de policía, es un afamado poeta e intelectual, que no dudará en recurrir a la sabiduría contenida en la poesía tradicional china a la hora de resolver los casos.
Qiu Xiaolong nació en Shanghai en 1954. Su padre fue acusado de burgués en la Revolución Cultural y tuvo muchos problemas para poder estudiar. La rebelión popular democratizadora y posterior represión de la Plaza de Tiananmen de 1989 pilló al novelista chino en Estados Unidos; acusado de ser uno de los instigadores, decidió no regresar a su país. Desde allí, se ha convertido en un referente mundial de la novela negra actual.
Francisco Cenamor
A mi me pareció un poco pesada la verdad, buena crítica.
ResponderEliminarEs cierto, no tiene demasiada acción, a mí me interesó más, como digo en el artículo, por los ambientes, personajes y vivencias de Shanghai.
ResponderEliminarContra más intento profundizar en la revolución cultural de Mao, salgo más mareado.
ResponderEliminarBueno, imagínate la situación: hombres con poder absoluto en cada una de las miles de poblaciones de un inmenso país. La cantidad de tropelías que pueden hacerse.
ResponderEliminarTriste capitulo en la historia del mundo. Sera nuestro futuro? Los enucos inmortales, segun Oswaldo Reynoso, cultivan los jardines para poder cortar todos los retonos.
ResponderEliminarMaria
Bueno, China es el futuro, si no me equivoco el 20 %de la población mundial es china. Y su sociedad cruel e inhumana está alentada por todos los países democráticos: mientras abran sus mercados que sean todo lo comunistas que quieran.
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