Cualquier cosa valiera por mi vida
esta tarde. Cualquier cosa pequeña
si alguna hay. Martirio me es el ruido
sereno, sin escrúpulos, sin vuelta,
de tu zapato bajo. ¿Qué victorias
busca el que ama? ¿Por qué son tan derechas
estas calles? Ni miro atrás ni puedo
perderte ya de vista. Esta es la tierra
del escarmiento: hasta los amigos
dan mala información. Mi boca besa
lo que muere, y lo acepta. Y la piel misma
del labio es la del viento. Adiós. Es útil,
norma este suceso, dicen. Queda
tú con las cosas nuestras, tú, que puedes,
que yo me iré donde la noche quiera.
Claudio Rodríguez en Alianza y condena (1965), incluido en Desde mis poemas (Ediciones Cátedra, Madrid, 1994).
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Tremendo, se masca la tristeza del adiós, y en segundo plano, la aceptación, sin más.
ResponderEliminarMe encantó.
Besos
Claudio escribió poco, pero desde luego lo hizo muy bien. Jo, tuve la suerte de conocerle y de hablar con él.
ResponderEliminarEste poema de Claudio Rodriguez deja el alma tiritando.
ResponderEliminarConsigue su objetivo, sí.
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