La edición del libro El rufián. Teatro, narrativa y memorias de Armando Buscarini (Editorial Buscarini, Logroño, 2008) ha corrido a cargo de Rubén y Diego Marín A., investigadores agregados del Instituto de Estudios Riojanos (IER) y estudiosos de la vida y obra de este poeta bohemio. Junto a Orgullo. Poesía (in)completa, ambos libros reúnen las obras completas de Buscarini. En esta ocasión, son cuatro obras de teatro (Sor misericordia, El Rey de los Milagros, Los dos alfareros y El rufián), ocho relatos (El fantasma de Wherter, El arte de pasar hambre, El aluvión, Las luces de la Virgen del Puerto, Maruja la de Cristo, La Reina del Bosque, San Antonio de la Florida y La cortesana del Regina) y Mis memorias, publicado a los veinte años.
Géneros todos ellos en los que, al igual que en la poesía, probó fortuna tratando de triunfar artísticamente, pero con los que cosechó el mismo fracaso que le deparó la poesía. Si en ésta su estilo romántico y modernista se desgañitaba ante el triunfo de las vanguardias, fuera de la poesía, en el resto de obras, trató de contar su vida acercándose a los géneros en boga (naturalismo, costumbrismo) pero adulterados por un estilo rancio, infantil y romanticón que le haría pasar a la historia de la literatura española contemporánea no por la altura de sus obras sino por los avatares de su vida, mejor narrados por otros autores que por él.
Luis Antonio de Villena, en el prólogo que abre el libro, defiende que "su caso literario es curioso por su precocidad, su pronta caída pero cierta oculta o semivelada calidad que se ve más en su poesía que en su prosa, pero también en ésta (…). Tiene en sus mejores momentos una calidad ingenua —sobre todo cuando habla de sí mismo— que mezcla restos de un modernismo pasado, con el prosaísmo vivaz de un talento literario escasamente desarrollado. Hay destellos de calidad en sus libritos de poemas (cuadernillos más bien) y en su obra en prosa, sobre todo la que —con claro fondo autobiográfico— refleja escenas de la airada vida madrileña, de la prostitución ínfima o de lo que era o había sido su vivir menesteroso".
Armando Buscarini (Logroño, 1904-Ezcaray, 1940) es el poeta maldito y bohemio más característico de la literatura española de principios del siglo XX. En 1918 inició su precoz y desgraciada trayectoria literaria con la novela Emocionantísimas aventuras de Calck-Zettin. Emperador de los detectives, a la que siguieron libros de poesía como Ensueños (1919), Rosas negras (1921) y El riesgo es el eje sublime de la vida (1923). Con apenas veinte años publica la autoantología Primavera sin sol y Mis memorias y, también en 1924, las novelas de corte autobiográfico El arte de pasar hambre y Las luces de la Virgen del Puerto. Es autor, además, de las obras teatrales Sor Misercordia, El rey de los milagros, Los dos alfareros y El rufián. Su último libro, El umbral del recuerdo (1928), es una recopilación de sus mejores poemas, publicados días antes de ser ingresado en el manicomio de forma definitiva y con tan solo 25 años.
A pesar de quedar recogida su vida y obra a través de las memorias de autores como César González–Ruano, Rafael Cansinos Assens y Ramón Gómez de la Serna, después de años de silencio y olvido su figura se recuperó gracias a libros como Por los caminos de Hipócrates del doctor Alberto Escudero Ortuño y Las máscaras del héroe, Armando Buscarini o el arte de pasar hambre y Desgarrados y excéntricos de Juan Manuel de Prada. Por otra parte, su obra ha sido reeditada en el volumen Orgullo. Poesía (in)completa (2006) y los epistolarios Cartas vivas (2006) y Epístolas líricas (2007).
El rufián. Teatro, narrativa y memorias reúne toda la producción literaria no poética de Armando Buscarini y, junto al libro Orgullo, ofrece al lector las obras completas del escritor bohemio y maldito, paradigma de la bohemia madrileña y, posiblemente, el poeta riojano más importante del siglo XX.
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