miércoles, 28 de enero de 2009

Artículo de Javier Lostalé sobre el libro de Ricardo Bellveser 'Fragilidad de las heridas'

Fragilidad de las heridas (Calambur, Madrid, 2004) es una meditación muy vital sobre la muerte, inseparablemente unida a esa misma vida que sin ella no se entiende y al amor del que también es semilla. Muerte, vida y amor son tres heridas del ser manifestadas en este libro a través del cuerpo, recipiente no sólo de lo cinco sentidos, sino también de lo impalpable, allí donde reinan los pensamientos, los sueños, el recuerdo o el olvido. Ricardo Bellveser nos pone en comunicación con lo invisible sin abandonar nunca lo visible, lo que dota a este poemario de una claridad que nos permite ver el fondo sin perder peso las ideas que de él se desprenden, ni tampoco un ápice de emoción y de misterio. Las raíces clásicas de Bellveser y la plasticidad de su lenguaje contribuyen a esa transparencia, que es revelación, presente en las tres partes en que el libro se divide. En la primera, 'Fragilidad de la muerte', se nos describe casi de un modo táctil la ausencia que representa: "La muerte es un imán, un pozo oscuro /que absorbe cuanto late hacia la nada,/y deja tras de si testigo impuro, /un despojo mudo, una voz callada". Se nos muestra su distinto trato a viejos y jóvenes. De los viejos es compañera: "Con ellos halla el camino amable, los cobija /con su capa de telarañas /su garra sucia /camina a su lado, los mira con ojo voraz". De los jóvenes se hace envidiosa: "Con ellos la muerte es tan brutal y desmedida,/es de un zarpazo despectivo, de un golpe de oso". Y, por sólo señalar algún aspecto más de esta primera parte, se alude a la muerte más irreparable, la indecente eutanasia del olvido, dice Ricardo Bellveser, y se nos invita a completar el viaje de nuestra vida con una aceptación serena de la muerte sin prisas, sin prisa, mudos. En la segunda parte, 'Fragilidad de la vida', se nos habla de lo que destruye el tiempo: "Envejecer es de la vida el precio", escribe Bellveser, de los momentos eternos por intensos que nos regala la vida: "Prodigiosa, más tan frágil", dice el poeta, de la capacidad que tiene el ser humano cada día de interiormente amanecer, y de asombrarse (bellísimo es el poema 'Amanece por la frente'), de cómo la vida es vibración, amputada por la muerte: "Morir es amputar la vibración, /esa lentitud es una agonía /en la que poco a poco nos paramos, / hasta ser sin más sombras sin sentido". Finalmente, la tercera parte, 'Fragilidad del amor', es un canto al amor más allá de la relación entre dos seres a solas en una habitación, un canto a su energía iluminadora del mundo: "Amor que explica el mundo y lo comprende /Amor y amistad hacen de la vida /un tránsito que al fin será habitable /amor y amistad hacen de la muerte/un hecho de abandono inaceptable". Siempre, como escuchan, el amor unido a la muerte. Hay también en esta tercera parte una descripción del proceso amoroso ejemplo de precisión en el nombrar, como le sucede a la poesía con voltaje, y Quevedo late en el poema 'Sí, amar las cenizas', pues la destrucción del cuerpo no destruye al ser querido, lo que el amor creó: "El amor lo mantiene vivo, lo hace eterno, /por una eternidad igual a nuestras vidas". En Fragilidad de las heridas, Premio Ciudad de Valencia de poesía 'Vicente Gaos' 2003, publicado por la editorial Calambur, Ricardo Bellveser nos ofrece su voz más despojada en una reflexión sobre la muerte, inseparable, repetimos, de la vida, y su más alta expresión que es el amor. Ética y estética se unen con ese fin en un poemario tan hondo como transparente. Javier Lostalé (artículo cedido por Calambur).

2 comentarios:

  1. Pues Verónica, en principio, viviendo en Canarias no deberías tener problemas si hay un FNAC o una Casa del Libro. Mira en alguna librería especializada en poesía y si no lo tienen encárgaselo. En última instancia por correo a través de Internet.
    Un saludo.

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