Treinta monedas,
a la sombra del nudoso olivo
agitado por la vértebra rota,
abonadas por un viscoso novilunio.
Enraizadas bajo la máscara
de quien fue sincero
en el nudo corredizo.
Treinta monedas
el precio final
para rasgar el velo
que transmuta en noche la cruz.
Plata para sembrar con sangre
el campo del Alfarero
donde enterrar a quien vino de fuera.
Balancea el aire
con la ceniza de tu espalda.
Ego te absolvo Iscariote.
Antonio Linares Familiar en La voz y la escritura 2006 (Ediciones Sial, Madrid, 2006).
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