La última vez que me suicidé
era propietario de un corazón
que titubeaba al bombear su sangre
-mi alimento-. Entonces mi hambre
era un miedo de sombras
que abrigaba mis pupilas
y mi duda dejó de pasar frío.
Antes de esa vez hubo
otra,
y
otra,
pero eran otros tiempos
tiempos más cálidos,
holgados,
abundantes,
y sólo había certezas
y algún motivo.
Gsus Bonilla en El forro (Ediciones Parnaso, Málaga, 2008).
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Hola.
ResponderEliminarMe gusta mucho este poema, realmente.
Saludos.
Sí, está bien, por eso lo he puesto.
ResponderEliminarmucho yo
ResponderEliminaragradecido.
my friend.