martes, 17 de junio de 2008

Artículo de Miguel Ángel Martín sobre la novela de Esteban Gutiérrez ‘El laberinto de Noé’

Cuando Esteban Gutiérrez me pasó su novela El laberinto de Noé (Ediciones La Tierra hoy, Madrid, 2008) y me dijo que tenía que leerla para poder luego hablar sobre ella, agarré el libro y lo puse en el montón de los libros por leer. Llegado el momento con curiosidad y esa pizca de miedo que da leer a un amigo, por qué no decirlo, empecé El laberinto de Noé y me enganchó, vaya que si me enganchó, con su fórmula de juego, de duelo literario, con su presentación de dos personajes, dos escritores que muestran sus relatos y luego viven sus vidas hasta la semana siguiente.

Lo siento, no puedo esperar más, me declaro admirador entregado de Oliveira, (el pseudónimo de uno de los dos personajes-escritores). ¡Qué relatos!, ¡que pedazo escritor!, aunque sea inventado, aunque el mérito sea de Gutiérrez. Son las cosas que tienen las cajas chinas, que uno termina prendado del relato, del personaje y se olvida del autor que inventó el relato, el personaje, la novela, todo. ¡Que le den al autor, yo quiero más relatos de Oliveira!

El otro joven escritor, Martín, alias Baco, también es un buen cuentista. Más directo, moderno pero por necesidades del guión va aprendiendo, mejorando y eso se nota gracias al dominio de Esteban Gutiérrez que nos hace crecer al autor inventado delante de nuestros ojos según vamos leyendo sus relatos y mientras seguimos devorando el libro.

Eso es una de las cosas que más me han gustado en El laberinto de Noé, que no sólo crea una historia interesante y dentro de ella dos personajes creíbles, sino que además esos personajes son escritores y Gutiérrez crea para ellos dos estilos diferentes reconocibles y excelentes, como si eso fuera fácil.

Y uno como lector disfruta de la trama central, de los personajes reales y de cada relato que surge del duelo, se mete en el taller de los viernes y disfruta de la pura literatura (perdón por el pareado).

En fin que El laberinto de Noé es una excelente novela, donde cada relato está en su sitio, tiene entidad propia y su razón de ser en la trama final; que Esteban Gutiérrez ha escrito una novela llena de aciertos y que merece mejor distribución y suerte. Existen por ahí cientos de novelas sin mérito, peores que ésta y que sin saber cómo consiguen promociones, editoriales de prestigio e incluso éxitos de venta.

Por mi parte estoy feliz de haber leído El laberinto de Noé, de poder encontrarme con Esteban Gutiérrez cualquier día de estos y preguntarle un montón de curiosidades y además de poder recomendársela a todos.

Miguel Ángel Martín, profesor de taller de creación literaria en el Centro de Poesía José Hierro


Esteban Gutiérrez Gómez nació en Madrid hace más de cuarenta años. Baco, su dúplice y álter ego, nació diecisiete años más tarde en los locales de ensayo de bandas de rock del Barrio de Bilbao y en los controles de Radio Juventud de Madrid.

En la actualidad reside en Fuenlabrada, donde es profesor de escuelas de creación literaria, cuenta con varios premios literarios a nivel nacional e internacional por sus cuentos y poesías, y es el presidente de la asociación literaria Esfera de letras.

Su último libro, El laberinto de Noé (Ediciones La Tierra hoy, Madrid, 2008), es una apuesta por la literatura sin concesiones.




2 comentarios:

  1. libro que esoty leyendo
    y que recomiendo fervosamente
    aunque no lo haya acabo todavía.




    un abrazo
    francisco.

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  2. Pues nada, ya nos comentarás tus impresiones cuando lo termines.
    Otro abrazo.

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