El pueblo que fue cautivo
y que tu poder libera
no deja palma en palmera
ni abunda en mejor olivo.
Viene con aire festivo
para enramar tus victorias,
y no te ha visto en su historia,
Rey de Israel, más cercano:
ni tu poder más a mano,
ni más humilde tu gloria.
¡Gloria, alabanza y honor!
Gritad: "¡Hosanna!", y haceos
como los niños hebreos
al paso del Redentor.
¡Gloria y honor
al que viene en el nombre del Señor!
José Luis Blanco Vega en Himnos de la Liturgia de las Horas (Coeditores Litúrgicos, Barcelona, 1988), antologado en Al celebrar tu memoria. Poesía para domingos y fiestas, de Casiano Floristán, ed. (Editorial Sal Terrae, Santander, 2005).
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