Entre el discorde estruendo de la orgía
acarició mi oído,
como nota de música lejana,
el eco de un suspiro.
El eco de un suspiro que conozco,
formado de un aliento que he bebido,
perfume de una flor, que oculta crece
en un claustro sombrío.
Mi adorada de un día, cariñosa.
-¿En qué piensas?- me dijo.
-En nada...- ¿En nada y lloras?- Es que tengo
alegre la tristeza y triste el vino.
Gustavo Adolfo Bécquer en Rimas (1859-1871), incluido en Las mejores poesías de amor españolas (Editorial Óptima, 2000).
Otros poemas de Gustavo Adolfo Bécquer
Rimas (I, V, LV, LXXIII)
Toca aquí para ir al Catálogo de poemas
Saber que no hay nada para siempre, que entre los días bellos se esconden también tristezas.Hasta lo más sublime tiene su final. Sólo el momento, la hora, el minuto... perdurará en nosotros y se convierte en llanto, a veces triste, a veces alborozado.
ResponderEliminarAnda que no te pones trascendente tu, jaja, cada día eres más poeta. A mi me parece más bien la contradicción entre dos formas de plantearse las relaciones: deseamos la promiscuidad, pero cuando la tenemos echamos de menos una relación de pareja más tierna, y viceversa, jaja, sobre todo viceversa, jajajaja.
ResponderEliminarhttp://www.aldeaglobal.net/listo/t100.gif
ResponderEliminar:)
Está bien esta viñeta, ¿es tuya?
ResponderEliminar