Hoy haré un breve repaso de lo que mejor conozco: la vida poética de Madrid. Empezando por lo que organizo, junto al también poeta Luis Luna. En el Bar Dudas, recitales “Solo para locos”, donde vamos llevando a poetas muy variados como Bahia Mahmud Awah, un poeta saharaui en lengua española con una poética muy natural y cercana; Julio Espinosa Guerra, simpático y rebelde, quien sabe usar como nadie el lenguaje poético; Paco Sevilla, el poeta barco que navega en las noches de Madrid, y que también organiza recitales en su Librería Amargord; Julio Reija, poeta de recitar divertido y monstruo de la poesía visual; Vanesa Pérez-Sauquillo, premiadísima e intimista poeta con varios libros editados…
Tenemos, además, el Hotel Kafka, donde un puñado de conocidos poetas organizan recitales y dan cursos de escritura en todas sus facetas; el Circo de pulgas, donde el poeta Gonzalo Escarpa monta sus divertidos espectáculos y lleva a sus amigos a hacer lo mismo, quien, por cierto, organiza las actividades del Centro de Poesía José Hierro de Getafe; Artépolis, que entre otras muchas propuestas poéticas, organiza el ciclo de poesía Di-versos, coordinado por el también poeta Jesús Malia; los colectivos Patrañas, en Leganés, y Esfera de Letras, en Fuenlabrada, donde he tenido el placer de recitar mis versos; Bukowski Club, donde además de un buen puñado de poetas locales podemos encontrar a poetas argentinos, mexicanos o peruanos; La Casa del Libro, con sus presentaciones y su ciclo de Los Jueves Poéticos de la Red de Arte Joven, esta otra interesante muestra de jóvenes poetas coordinada por el siempre generoso Javier Avilés; las múltiples presentaciones de libros y recitales organizados por Basilio Rodríguez, poeta, editor y presidente del Pen Club España; el Café Librería Amargord, artífice de las propuestas más vanguardistas y actuales; el Ateneo de Madrid y sus Viernes de La Cacharrería organizados por Miguel Losada, también en colaboración con la Red de Arte Joven; o el histórico centro de la poesía madrileña, el Café Libertad, por el que han pasado decenas de poetas a lo largo de su historia.
Podría citar otros lugares de los que tengo referencia pero conozco menos: las librerías Arrebato, Rafael Alberti, Traficantes de sueños, El bandido doblemente armado, La Central del Museo Reina Sofía…; el Centro Social Seco, el Espacio Tesauro, la Casa de América, los distintos centros culturales y bibliotecas públicas que utiliza la Red de Arte Joven, el Café El Despertar, el Ateneo Cultural 1º de Mayo, los colegios mayores de la Universidad Complutense de Madrid, la Biblioteca Nacional, El Círculo de Bellas Artes, el Café Gijón, el Café Hispano de Madrid, Centro Cultural Conde Duque, Gaudeamus Café, La Casa de los Jacintos, La Casa de la Poesía… Y otros muchos que seguro se me olvidan.
Así que como yo siempre insisto en que para escribir poesía hoy hay que leer a quienes escriben hoy poesía, ya tenéis tarea. No es mala idea ponerse como fin acudir una vez a la semana o al mes a alguna de estas actividades poéticas. Desde luego oferta en Madrid y provincia no os va a faltar, y variedad y pluralidad tampoco.
Francisco Cenamor
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