errante cirio por el ancho soto,
de tu eximio lampadario ignoto,
dale una chispa a mi visión oscura.
¡Quién fuera como tú que en la espesura
donde selló Tiniebla el alboroto,
sin áncora y sereno, hábil piloto
caminas sin tropiezo y sin tortura...!
¡Ah, quién pudiera en alas de un consuelo,
de un consuelo no más, coger los broches
con que tú prendes el crespón del cielo!
Y exento de dolor y de reproches,
iluminar la selva de mi duelo,
como iluminas tú todas las noches.
Abelardo Gorrochotegui, incluido en Faunética. Antología poética zoológica panamericana y europea (Instituto Caro y Cuervo, Santa Fe de Bogotá, 1999, selec. de Víctor Manuel Patiño, trad. de Mauro Armiño).
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tomo la palabra: