a las
murallas
que albergan los soplos milenarios,
yo
canto
la adoración de vírgenes y mártires,
el frenesí
de las
desencadenadas savias
bajo el umbral de nuestra primavera,
el invierno sin sombra ni ocaso,
la quema de fuerzas en los fuegos de las forjas,
oh recuerdos antediluvianos,
oh gránulo, tres veces santo,
que venga el derrumbe creador a lo largo de los mares atlánticos
que vuelva,
en pleno verano,
la marcha cuán trepidante...
Émile Ologoudou, incluido en Diwan africano. Poetas de expresión francesa (Editorial Arte y literatura, La Habana, 1988, selec. y trad. de Rogelio Martínez Furé).
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