Cuatro barcos se alejan desde el centro
del día -¡aquí!- en sólo un barco inmóvil
que han dejado. ¿Se van? ¿Se van perpetuos
-barco ausente sólo un barco? ¿Se vienen
yendo al barco distante -cuatro huidos?
¿Perduran cardinales invisibles?
¿No zarparon? ¿Regresan? ¿Van continuos?...
Presencia a flor del filo de una copa
-pétalo azul, corola de horizonte,
prisión de lo infinito-, ha despertado
en su sortija de alta mar, un hombre
que, hacia dentro, hacia fuera -en sus latidos-,
a un barco vivo en él -a un barco quieto-
busca en su corazón libre morada.
Cuatro barcos se esconden. Bajo un barco
penetran: fin de asedio, ruta anclada.
¡Luz de barco total es barco y puerto!...
...Y, allá lejos, un hombre -cuatro ausentes-
se va, se va...
(¡Prisión de los sentidos!)
Emilio Prados en La piedra escrita, incluido en Caminante del sueño. Antología poética (Ediciones Vitruvio, Madrid, 2010).
Otros poemas de Emilio Prados
Pincha para ver la lista de poemas incluidos en el blog
Toca aquí para ir al Catálogo de poemas
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tomo la palabra: