¡Ay, sombra, sombra,
búscame por el fuego!
Me acerco a la mariposa:
¡está al fondo del estanque!
Me acerco al árbol más bello:
¡está al fondo del estanque!
Me acerco al niño que juega:
¡está al fondo del estanque!
Me acerco al alma en silencio:
¡está al fondo del estanque!...
¡Ay, sombra, sombra,
búscame por el fuego!
Vi la tarde abierta,
quise entrar en ella...
¡Buscaba el alivio
de otras tarde, muertas!
Un jazmín cantaba
su aroma de estrella...
-¡Ay, mi jazmín!...
Me acerco:
su flor está en tierra.
Un árbol soñaba
toda una alameda.
Me acerco...
Sus ramas,
sobre el suelo, secas...
Era un ascua el pájaro,
¡luz de primavera!
Me acerco...
Sus alas:
ceniza en la yerba.
¡La yerba! ¡la yerba!
¡Oh final ternura!
(¡Me arrodillo en ella!...)
Mis labios...
(Mis besos, se quiebran
sin eco, en la arena...)
¡Ay, sombra, sombra,
búscame por el fuego!
Aún me queda una esperanza:
¿no seré yo el que está muerto?
¡Ay, sombra, sombra,
búscame por el fuego!
Emilio Prados en Jardín Cerrado (Ediciones Cátedra, Madrid, 2000).
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Esto es una pesadilla un segundo antes de morir...
ResponderEliminarO de tener que irte...
ResponderEliminarcomo me gustaba emilio prados, y me sigue gustando.
ResponderEliminarera, de la generación del 27, junto a garfias y manolito altolaguirre de los menos mencionados pero con una fuerte carga emocional en su obra poética.
Un abrazo zena y perdona que no visitase tu blog, últimamente he estado liado con cosillas caseras.
saludos.
A mí me gusta también el tono apelativo, conversacional a veces...
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