y ensancharé mi voz para colmar la tierra;
ahora que caminas ignorándolo todo
sobre el mundo reciente que no puede vencer,
ahora que tus manos olvidan sin tristeza
el límpido refugio que hallaron en las mías,
ahora que tus noches me borran poco a poco
y que sueñas sin mí hasta el mismo dolor,
me arrancaré tu luz para volcarla indemne
sobre las rutas ciegas que ningún sol entibia,
¡esa luz misteriosa que sólo entre mis labios
gritaba su verdad!
Después me iré al silencio. Naufragaré perdida
en la niebla profunda que no admite palabras
mientras unge las frentes y aroma los caminos
el ámbar de tu nombre.
Ernestina de Champourcín en Cántico inútil (1936), incluido en Cántico inútil. Cantos cerrados. Primer exilio. Huyeron todas las islas (Centro Cultural de la Generación del 27, Málaga, 1977, ed. de Milagros Arizmendi).
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que este poema ha punzado la tierra
ResponderEliminarNo está muy reconocida en España, como les pasó a muchas mujeres de su época, sobre todo si, como ella, tenían la aparente contradicción de ser republicanas y católicas, pero a mí me gusta
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