Poema del día: "Elegía a mi padre 4. Tu sombra", de Mark Strand (Estados Unidos, nacido en Canadá, 1934-2014)

Tienes tu sombra.
Los lugares en los que estuviste la han devuelto.
Los pasillos y explanadas de césped del orfanato la han devuelto.
El Hogar del repartidor de periódicos la ha devuelto.
Las calles de Nueva York la han devuelto, así como las calles de Montreal.
Las habitaciones en Belém donde los lagartos atrapaban mosquitos la han devuelto.
Las oscuras calles de Manaos y las húmedas calles de Río la han devuelto.
La ciudad de México donde quisiste abandonarla la ha devuelto.
Y Halifax donde el puerto se lavaba las manos de ti la ha devuelto.
Tienes tu sombra.
Cuando viajabas la estela blanca de tu partida enviaba hacia abajo
tu sombra, pero cuando regresabas estaba allí para
recibirte. Tenías tu sombra.
Incluso cuando olvidaste tu sombra, volviste a encontrarla. Estaba contigo.
Una vez en el campo la sombra de un árbol cubrió tu sombra y no fuiste reconocido.
Una vez en el campo creíste que tu sombra había sido proyectada por otro. Tu sombra no dijo nada.
Tu ropa llevaba dentro tu sombra, cuando te la quitabas, se derramaba como la oscuridad de tu pasado.
Y tus palabras que brotan como hojas en un aire perdido, en un lugar que nadie conoce, te devolvieron tu sombra.
Tus amigos te devolvieron tu sombra.
Tus enemigos te devolvieron tu sombra. Dijeron que era pesada y que cubriría tu tumba.
Cuando falleciste tu sombra durmió en la boca del horno y devoró cenizas a modo de pan.
Se alegró entre ruinas.
Vigilaba mientras otros dormían.
Brillaba como cristal entre las tumbas.
Se serenó, recompuesta como el aire.
Quiso ser como nieve sobre el agua.
No quiso ser nada, pero eso no era posible.
Vino a mi casa.
Se sentó sobre mis hombros.
Tu sombra es tuya. Le dije. Dije que era tuya.
La he llevado conmigo demasiado tiempo. La devuelvo.

Mark Strand en Aliento (Ayuntamiento de Lucena, Córdoba, 2004, trad. de Julián Jiménez Heffernan).

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