Lo pusieron al frente
Le pegaron un palo en medio de la cabeza
Después le rajaron el cuello
Lo desangraron
Acto seguido, lo despellejaron
Partieron su carne en trozos
Después volvieron a partirlos en más trozos
Y para finalizar
cuando ya no quedaba ni rastro de él
más que la grasa pegada en el asador
alguien dijo que eso era un
cordero
Julio Espinosa Guerra en NN (Gens Ediciones, Madrid, 2007).
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crudo y revelador de lo cruel del ser humano, en su propia naturaleza, me encanta el cordero (auque me gusta mucho mas el cabrito) y no pienso dejar de comerlo, creo que comenzaré por ser mejor vecino, lo de los animales tendrá que esperar...
ResponderEliminarLo único qu este poema no trata sobre el maltrato animal, sino que es una reflexión sobre los límites de la palabra y la poesía a la hora de mostrar la realidad.
ResponderEliminarEra ironía, me temo que no muy fina, reconozco en el poema un metapoema, puesto que tal vez el autor quiere darnos a entender que somos el límite de nosotros mismos, lo que cotidianamente hacemos se puede expresar muy crudamente, y no ser nada, o serlo todo.
ResponderEliminarOlvido que no se me ve la cara al hacer algunos comentarios y que tal vez son tomados al pie de la letra, inconvenientes de no haber nacido en la era digital.
Un abrazo, me encantan los atracones de poesias desconocidas que me pego en tu blog de cuando en vez, gracias.
Uy, la ironía es difícil de transmitir a través de Internet, casi tan difícil como cualquier otro matiz, jajaja. Es fácil tomarlo todo al pie de la letra.
ResponderEliminarProcuro buscar, primero que me gusten los poemas a mí, claro, pero sobre todo diversidad. Lo que pasa es que estaba vago el otro día y casqué varios del mismo libro de poesía en torno a Dios, jajaja.