van silbando todo el día por el inmenso azul cielo;
y que escarlatas y verdes, junto al rey que les desaira
se hunden los batallones en masa aguantando el fuego.
Mientras que una locura, horripilante, destroza
y convierte cien mil hombres, en humeante rimero;
-¡Pobres muertos! en verano, en la hierba, en tu alegría
¡Natura! ¡Oh tú que hiciste estos hombres santamente...-
-Existe un Dios, que se ríe del mantel adamascado
del altar, y del incienso, y de cálices dorados
y que en la mecedura de los hosannas se duerme;
pero se despierta cuando ve las madres que se agrupan
con su vieja cofia negra, angustiadas llorando
y le dan la perra gorda, en su pañuelo anudada.
Arthur Rimbaud en Poesía completa (Ediciones 29, Barcelona, 2002).
Otros poemas de Arthur Rimbaud
Toca aquí para ir al Catálogo de poemas
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tomo la palabra: