El extraño es otro.
Nos paseamos por el mundo
con un aspecto igual de lamentable.
Si yo me rasco,
él también.
Hay mujeres
que dicen haberle atrapado.
Un perro
me sigue a todas partes.
A lo mejor es suyo.
Si estoy tranquilo,
él más.
He acabado por olvidarle.
Sin embargo, cuando me inclino
para abudarme los cordones,
él sigue de pie.
Proyectamos la misma sombra.
¿Es suya o mía?
Querría comentar:
"Él estuvo al principio
y seguirá estando al final",
pero no estoy seguro.
De noche, al sentarme
barajando las cartas
de nuestro silencio,
le digo:
"Aunque pronuncias
cada una de mis palabras,
sigues siendo un extraño.
Ya es hora de que hables."
Charles Simic en Desmontando el silencio (Ayuntamiento de Lucena, Córdoba, 2004).
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Sí, ha llegado el momento de que él hable,¿y por qué no mi yo tambien?, solo hay que saber escuchar, no es fácil.De una diminuta estrella en tu inmenso cielo.Cristina D.
ResponderEliminarPero bueno, ya iba a llamar a la policía pa que te buscaran.
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