Había allí tantas formas de ser mujer
que decir mujeres resultaba un intento vano
Nunca podemos retener esos momentos
la placidez de observar aquellos montes
que se juntan en suave declive al borde mismo del volcán
se nos escapaba sin remedio al final de la escalera
Nunca cogemos el tren al volver
volamos envueltos en los olores
de una tarde que se resiste a ser noche
Dormimos después serenos cansados
abrazados a cada momento que se quedó
acostado en los rincones de la memoria
Francisco Cenamor en Amando nubes (Talasa Ediciones, Madrid, 1999).
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Mujer, es que la poesía desde siempre, escrita por ella, es diferente.
ResponderEliminarUn abrazo, y gracias por compartir.
Es otra cosa que nos completa. Un abrazo 🤗
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