miércoles, 5 de junio de 2019

Poema del día: "El tranvía perdido", de Nikolái Gumiliov (Rusia, 1886-1921)

Caminando por una calle extraña
De pronto oí graznidos,
Los sones de un laúd, lejanos truenos:
Un tranvía volaba ante mis ojos.
Cómo llegué a montarme en el estribo
Sigue siendo un misterio; dejaba
En el aire una cola de fuego
Que era visible hasta a la luz del día.
Iba avanzando, tormenta alada oscura,
Perdido en el abismo de los tiempos…
«¡Pare usted, conductor,
Pare usted ahora mismo!»
Es tarde ya. Pasamos junto a un muro,
Corrimos por un bosque de palmeras
y cruzamos tres puentes, por encima
Del Neva, el Nilo, el Sena, con estruendo.
Y apareció un instante en la ventana,
Con la mirada nos siguió, curioso,
Un viejo pordiosero; el mismo, por supuesto,
Que falleció en Beirut un año atrás.
¿Dónde me encuentro ahora? Lánguido y alarmado,
El corazón responde en su latido:
«¿Ves aquella estación donde se compra
Un billete a la India de las almas?»
Un letrero… Las letras
Inyectadas de sangre dicen «Verdulería».
Sé que aquí en lugar de coles
En lugar de nabos, venden cabezas muertas.
Y la cabeza me cortó el verdugo
De la camisa roja, la cara de ubre.
Junto a otras, estaba amontonada,
En un cajón resbaladizo, al fondo.
Y ya en el callejón: la valla de madera,
El césped gris, la casa, tres ventanas…
«¡Pare usted, conductor,
Pare usted ahora mismo!»
Máshenka, aquí, tú viviste y cantaste,
Tú me hiciste, a tu novio, un tapiz.
¿Dónde estará tu voz, dónde estará tu cuerpo?
¿Será posible acaso que hayas muerto?
Cómo te lamentabas en tu cuarto,
Mientras yo, con la coleta empolvada,
A presentarme a la zarina iba
Y ya no te vería nunca más.
Ahora lo comprendo: nuestra libertad
Es tan sólo la luz que de allí brota;
Gentes y sombras siguen esperando
A la entrada del zoo de los planetas.
De pronto un viento dulce y familiar:
Se lanzan sobre mí detrás del puente
La mano del jinete con un guante de hierro,
Las patas del caballo encabritado.
Clavado está Isaac en las alturas,
Firmeza fiel de la ortodoxia;
Allí por la salud de mi Máshenka
Celebraré una misa y un funeral por mí.
Y sin embargo el corazón sombrío
Ya para siempre está y cuesta respirar,
Duele vivir… Máshenka: No había pensado nunca
Que se podía amar y sufrir tanto.

                                                     1921

Nikolái Gumiliov, incluido en Poesía acmeísta rusa (Visor Libros, Madrid, 2013, ed. de Diana Myers, trad. de Amaya Lacasa y Rafael Ruiz de la Cuesta).

5 comentarios:

  1. Lo peor de los poemas en otras lenguas son las traducciones... Perdemos la mitad de las ideas que el autor quiere expresar.

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    1. Es un problema si. Pero la otra posibilidad es más complicada.

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  2. El tranvía extraviado poeta ruso 1826-1921 . . . . Tiempo época imaginación realidad . . . . antes del movimiento surrealista el surrealismo estaba en gérmenes así como la universidad en Aristóteles. . . . Nada es peor o más complicado que nosotros mismos cuando no vemos al poeta en sus granos . . . . Por supuesto que las traducciones son tan malas al igual que las películas subtituladas . . . . Gracias por compartir lo diferente en la mente porque si fuésemos todos iguales Cristo habría llegado con cadenas de oro en cuello y manos . . . .

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  3. Disculpa 1886 . . . . Estaba escrito . . . .

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