¡Bendito quien dio al sultán Muhammad
estas moradas que por su belleza son gala de las mansiones!
Ejemplo es este jardín en que hay tantas maravillas
que el mismo Dios prohibió otro semejante;
y estas figuradas perlas de transparente claridad
que adornan los bordes con orla de aljófar;
la líquida plata que se desliza entre joyas,
también pura y blanca belleza;
la vista se confunde ante lo quieto y lo fluyente
y no se sabe si es el mármol o el agua lo que fluye.
¿Acaso no ves que el agua corre por los bordes
y luego se oculta por los sumideros?
Se asemeja al amante con los párpados rebosantes de lágrimas
que oculta por temor que le delaten.
¿No es agua de las nubes, en verdad,
que acequias traen sobre leones?
Es igual a los favores de la mano del Califa
que dispensa a los leones de la guerra.
Tú que estás mirando, verás que los leones están al acecho
y si no saltan es por respeto tuyo,
¡oh heredero de los que ayudaron al Profeta,
legado de grandeza que aligera las cargas,
sobre ti la paz y sean numerosos los días fastos
y sean amargos para tus enemigos!
Abu Abd Alláh ibn Zamrák, incluido en Poesía de Al-Andalus (Asociación Andaluza de Profesores de Español Elio Antonio de Nebrija, Sevilla, 1999, varios trad.).
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Inscripción de la Sala de las dos hermanas de la Alhambra de Granada, Inscripción en la fuente de los leones de la Alhambra de Granada
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