Nada le queda al náufrago; ya nada: ni siquiera
la dulce remembranza de un viejo sueño vano,
ni la marchita y frágil ala de una quimera
que al estrecharse deja su polvo entre la mano.
La media noche es tarde y el alba fue temprano,
y el orgulloso día le dijo al sol: "Espera";
quien sin besarla aspira la flor de Primavera,
pasa como una sombra por el jardín humano.
Violetas de los prados en el solar fragante,
rosas de los pensiles rojas y perfumadas
que al pasajero abrieron su misterioso broche;
el náufrago retorna como una sombra errante,
sin una sola estrella de flámulas doradas
con que alumbrar el fondo de su infinita noche.
María Eugenia Vaz Ferreira, incluido en Poesía uruguaya. Antología esencial (Visor Libros, Madrid, 2010, ed. y selec. de Rafael Courtoisie).
Otros poemas de María Eugenia Vaz Ferreira
Pincha para ver la lista de poemas incluidos en el blog
Toca aquí para ir al Catálogo de poemas
Me gusta María Eugenia.
ResponderEliminarNo es de extrañar. Nos abruman con nombres de poetas hombres del Modernismo, pero sin duda esta es una de sus mejores voces.
ResponderEliminar