Me he mudado a esta tierra de los Inmortales.
Por doquier florecen plantas silvestres.
Delante del jardín, los árboles extienden
sus ramas que me sirven de tendederos.
Sentada ante el manantial,
dejo flotar la copa de vino.
Frondosos bambúes ocultan
la senda con barandilla
que lleva a las alcobas.
Vestida de seda ligera,
leo entre un montón de libros.
En los ratos libres doy paseos
en mi barca decorada,
recitando poemas a la luna.
Me abandono a la corriente:
El viento me ha de llevar
de regreso a casa.
Yu Xuanji, incluido en Antología de poetas prostitutas chinas (Siglo V-Siglo XIX) (Visor Libros, Madrid, 2010, ed. y trad. de Guojian Chen).
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ResponderEliminarSaludos.
Un poema bellísimo.
Eliminarmuy moderno para su época me parece, muy actual, intemporal
ResponderEliminarsalud
La poesía oriental siempre es muy recomendable para poetas occidentales actuales. siempre sorprende, tan modernos que nos creemos aquí, jajajajaja. Un abrazo.
EliminarBueno, tal vez la traducción ayude algo a esa percepción nuestra de modernidad, pero es cierto que me ha sorprendido gratamente; hay algún verso, como ese: "dejo flotar la copa de vino", que parece recién escrito... Y, en general, ese aire introspectivo y tan "intelectual" me parece intensamente actual. No las veo yo así a las prostitutas castellanas de la época, no.
ResponderEliminarUn abrazo.
Si, es posible que esa sensación sea también por la traducción, tienes razón. Aún así, China en esa época estaba 1.000 años por delante de la Península Ibérica a todos los niveles. Un abrazo.
EliminarNo encuentro un lugar donde depositar una sonrisa,
Eliminarme llueven lagrimas de los dedos
que aterrizan en esta página blanca por ahora solo de trazos y de tinta.
Asilos con luz eléctrica comprada a una maldita compañía
arrojan mi sonrisa a los silos donde dormitan
las viejas teorías
que hablaban de un mundo más justo,
algo que me creía.
El jardín marchito de la escuela
termina
allí donde unas niñas cantan canciones que salpican
en las pantallas de plasma del televisor que en una sala repleta de chucherías
hace de Gran Hermano
mientras sus padres sueñan con una mejor vida sin lucha.
Cruzó el río de aguas podridas
que lleva a la otra orilla
en una barca que lleva como timonel de altura
a un viejo amigo que sabe mucho de teología
y en esa compañía
la radio anuncia
más rebajas de impuestos para que suba el nivel de nuestras vidas,
algo que no me creo
al tiempo que leo esta poesía
en un libro que se titula Fabricación de Islas
mientras saboreo un poema que indica que por allí en la China
hubo mujeres con música en las tripas
que destilaban placeres que ahora nos parecen conquistas.
Autor de la poesía: José Vicente Navarro rubio