Acostumbrados a los días, hechos
a su oscuro aposento palmo a palmo,
¿a qué nos viene ahora
este momento? Quién iba a esperarlo
y menos hoy, aún lunes y tan lejos
de la flor del jornal. Y, sin embargo,
más que otras veces ahora es tan sencillo
hacer amigos. Basta un gesto llano
y esta región inmensa y sin conquista
que es el hombre, hela: nuestra. Tras tanto
concierto de cuartel, he aquí la música
del corazón por un momento. Algo
luce tan de repente que nos ciega,
pero sentimos que no luce en vano.
Acostumbrados a los días, como
a la respiración, suena tan claro
este momento en nuestra sorda vida
que, ¿qué hay que hacer, si aún están los labios
sucios para besar, si aún están fríos
nuestros brazos?
¿Dónde, dónde hay que ir? ¿Fuera de casa
o aquí, aquí, techo abajo?
Ahora ya o todo o nada. De mí, de estos
amigos, de esta luz que no da abasto
para tanto vivir, de nuestros días
idos, de nuestro tiempo acribillado,
hay que sacar la huella, aunque sea un trazo
tan sólo, un manchón lóbrego
de sombrío pulgar, aunque sea al cabo
por un momento, éste de ahora, y nadie
jamás sea su amo
mientras, luz en la luz, se nos va. Y vuelve,
vuelve lo acostumbrado.
Claudio Rodríguez, incluido en Desde mis poemas (Ediciones Cátedra, Madrid, 1994).
Otros poemas de Claudio Rodríguez
Pincha para ver la lista de poemas incluidos en el blog
Toca aquí para ir al Catálogo de poemas
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tomo la palabra: