En japonés, “botchan” es la forma cariñosa que tienen los familiares de dirigirse a los niños varones de la casa. Pero fuera de ese acogedor entorno significa también niño mimado o inmaduro.
El protagonista de la novela Botchan, de Natsume Sōseki (Editorial Impedimenta, Madrid, 2008, trad. de José Pazó Espinosa) es, efectivamente, un niño mimado, pero no precisamente por su familia, que le detesta, sino por la sirvienta de la casa, que le muestra una imagen de sí mismo poco acorde con la realidad.
Publicada por primera vez en una revista japonesa en 1906, Botchan, a pesar de su sencillez, es todo un clásico de la literatura moderna japonesa, considerada en ese país una de sus obras cumbre en cuanto a novela humorística se refiere.
Es un relato bastante rocambolesco de diversas realidades del Japón de esa época. Por un lado, el protagonista, un joven de Tokio, sin oficio ni beneficio, que decide gastar lo poco que le queda de la herencia familiar en formarse como profesor de matemáticas. Por otro, una ciudad de provincias, donde le sale la plaza de profesor, en donde todo el mundo estará pendiente de sus quehaceres más domésticos y los utilizará en su contra en cuanto pueda.
El protagonista vivirá en sus carnes, por culpa de su prepotencia tokiota (divertidas sus referencias a los paletos, a las tierras fuera de la civilización…), el enfrentamiento entre la forma de vida capitalina y la de una ciudad de provincias, muy alejada de Tokio. También será víctima, por culpa de su impulsividad, de las arbitrariedades de la mafia educativa local, que hace y deshace a su antojo en el instituto donde imparte sus clases.
Se trata de una novela bastante delirante y divertida, aunque me temo que, al no conocer demasiado la cultura japonesa, yo al menos, nos quedamos sin enterarnos de parte de ese humor. Las notas a pie de página del autor de la traducción son bastante oportunas a este respecto.
Actualmente, la novela japonesa goza de muy buena salud y es fácil ver en nuestras librerías obras de diversos autores actuales. Pues bien, se puede decir que Natsume Sōseki es el padre de esa novela moderna que se extiende hasta la actualidad. Gran lector del realismo y naturalismo occidental del siglo XIX, romperá con las formas tradicionales de la escritura en su país. El autor hace en Botchan, posiblemente, un repaso autobiográfico, pues él mismo tuvo que dar clases en una isla muy alejada de Tokio, en lo que, según sus amigos, parecía más un destierro que un trabajo.
Francisco Cenamor
¡Qué sorpresa! Me alegro de leer otra reseña sobre Botchan, además de estar tan bien documentada e hilada.
ResponderEliminarMe apunto tu blog. Un abrazo.
El curso pasado estuve coordinando el Club de lectura de la Universidad Carlos III y fue uno de los libros que leímos.
ResponderEliminarUn saludo.