Luis Luna (Madrid, 1975) acaba de publicar Al-Rihla (El viaje) en la colección ‘Helado de Mamey’ de Ediciones Amargord: un itinerario por los principales lugares de espiritualidad recorridos por el poeta.
El libro arranca con una cita de Avempace dedicada a los solitarios que los sufíes designan con el nombre de extranjeros, ya que aunque vivan en sus propios países o entre sus compañeros y vecinos, en realidad son extranjeros en sus ideas, pues se han marchado con sus pensamientos (…,) que para ellos son sus patrias.
Sin intenciones descriptivas, Al-Rihla pretende ser, más bien, una exteriorización de aquello que persiste cuando se ha superado toda religión y se analiza sólo el componente espiritual inherente a toda civilización: ese impulso de unión con un Todo intuido a través de la naturaleza, de las distintas tradiciones, de los documentos literarios y artísticos. A partir de ese bagaje, del paseo como ritual místico el autor levanta un andamiaje textual conducente a la disolución.
Para alcanzar ese estado de vacuidad, el lenguaje se va haciendo cada vez más denso, más intrincado y, a la vez, más despojado. Se rechaza todo artificio, dando entrada al silencio como parte fundamental, como sonido necesario.
El viaje
El libro arranca Extramuros a través de un viaje que se adentra en Siria. Sucesivas paradas en el ‘Zoco’: “La palabra esperada/ derrota/ la experiencia/ perfila los matices/ delimita sus sombras”, ‘La Gran Mezquita de los Omeyas’: “Aquí/ la luz/ recibe nombres/ que exceden/ el lenguaje y el Desierto (Traza/ sobre la arena/ palabras/ para que sólo el viento/ las pronuncie)”.
‘Derviches’ ahonda en la fuerza del círculo: “Dejen que la palabra/ les busque/ y les penetre/ que sea ella/ quien inicie su giro”. Para encontrar su lugar en el ‘Éufrates’: “El discurso de todo lo que fluye/ se olvida y se disgrega/ en el lecho del río”. En ‘Meteora’ escucha el lenguaje de la cera (“descubre ese murmullo/ de la llama y el aire./ Su cifrada sintaxis”). Prosigue Al-Rihla en ‘Mensajes en el muro’: “Introduce/ un pequeño fragmento/ de papel/ en el muro/ como homenaje al intersticio”; ‘Kyos’: “Las campanas predican la memoria. Cada vibración, cada movimiento propicia un nuevo entorno que se interna despacio en cada cuerpo y lo conmueve. Es esa su armonía". Culmina en Montserrat’: “La certeza no buscas. Ni el centro, ni la linde. Dejas que el nombre tuyo en la mirada se diluya”. Cuando todo el silencio ha sido asimilado lo exterior deja de tener sentido, ya no hay alrededor sino que, de algún modo todo está dentro, intramuros. Una vez allí puede contemplarse el Todo y la parte, y en esa escisión comprender la juntura, la sensación de re-unión experimentada y vivida sin subterfugios, expresada, como dirían los sufíes, a través del lenguaje y la gramática, de ese collar de la paloma que representa cada serie, cada texto. ”Entonces el lenguaje/ Las sílabas de la calcinación”.
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Según comentas parece interesante. Buena reseña. gracias.
ResponderEliminarSí, la poesía de Luis Luna siempre es interesante.
ResponderEliminarSi he leído algo de lo que hay en Internet y me ha gustado. Me he apuntado el libro para comprarmelo cuando le llegue el turno.
ResponderEliminarSupongo que has leído el libro de Julio Espinosa "NN". Está super bien.
Sí, es que, además, ambos son amigos míos. Hemos hecho cosas juntos y me han enseñado mucho de lo que sé de poesía.
ResponderEliminarEsta bien entonces. Pues yo estuve haciendo dos cursos con Julio Espinosa y mantengo un poquito de relación. A veces le pregunto alguna cosa y me brinda su ayuda.
ResponderEliminarTienes suerte de ser amigo de Julio es una persona excepcional según yo creo. Yo le aprecio mucho. Me enseño mucho de poesía en los cursos y le estoy muy agradecida.
A Luis no lo conozco.
Esta genial.
¿Sabías que Julio dejó los cursos de Madrid? Los sigue en Zaragoza.
ResponderEliminarSu sustituto en Madrid es, precisamente, jajaja, Luis Luna.
No me jodas. ¿POrqué ? El caso es que el otro día entre en la Escuela de escritores y vi que Luis Luna daba cursos pero no ví a Julio.
ResponderEliminarHablas de los cursos presenciales, verdad. Supongo que era un coñazo ir todas las semanas a Madrid para dar los cursos.
Supongo que los cursos por Internet los sigue dando. Es muy buen profesor, esa es la verdad.
BUeno hablame de lo que tú escribes en estos momentos. ¿Estás escribiendo algo?
Yo estoy escribiendo una prosa que no sé si es prosa o no es na. Y un poemario.
Estoy escribiendo un libro que me está gustando mucho, me divierte escribirlo. Tiene tres partes: la primera con un sujeto poético, una mujer que vive en la calle; la segunda con escenas de la vida cotidiana de personas corrientes; y la tercera, más corta, con escenas que suceden en un teatro.
ResponderEliminarTengo la suerte de haber leido el libro Al-Rihla.
ResponderEliminarNo puedo evitarlo, soy una admiradora incondicional de la poesía de Luis Luna.
Ciertamente, el libro es un viaje, en que te sumerges y del que es casi imposible salir.
Viajas hacia tí mismo envuelto en Luz, fragmentos, arena, quietud, piedra, transparencia, hueco, agua...
Te atrapa con voces tan evocadoras como "Siria", "Eúfrates" o "Mensajes en el muro".
Un verdadero placer para los sentidos.
¡besos!
Inma
Inma yo lo voy a adquidir para leerlo. He leído algo en Internet de Luis Luna y me ha gustado.
ResponderEliminarFrancisco esta genial tu proyecto. Me gustaría leerlo cuando esté terminado y espero que lo puedas publicar.
Yo tengo ahora mismo un libro de un periódico terminado. Me resulto divertido escribirlo también. Si te resulta divertido escribir tu libro eso es buena señal.
Un abrazo.
Bueno, espero que a estas alturas no tenga ya problemas para publicar. Si no es en un lado será en otro.
ResponderEliminarPues adelante. Lo de publicar pienso que es lo más complicado.
ResponderEliminarUn abrazo.